Integración sensorial en el niño con Trastorno de Espectro Autista




El niño TEA muestra muchos de los síntomas de un pobre procesamiento sensorial, lo que se ve en los niños con trastorno mínimo del cerebro, y sus interacciones con el ambiente físico son correspondientemente pobres. Sin embargo, el niño con autismo tiene problemas adicionales, en el área sensorio-motor y en otras áreas.



Hay tres aspectos del procesamiento sensorial pobre que nosotros vemos en niños TEA.
1. La entrada del sensorial no está siendo “registrada” correctamente en el cerebro del niño, para que él preste atención a las cosas, mientras que en otros momentos él reacciona.

2. Él no puede modular bien  la entrada de la información sensorial. Especialmente  la entrada de sensaciones vestibulares y táctiles. Le provocan inseguridad gravitacional o defensa táctil.

3. La parte de su cerebro que los hace querer hacer cosas, especialmente nuevas o diferentes, no funciona normalmente, por esto el niño tiene poco o ningún interés de hacer cosas que son determinadas o constructivas.


Modulación de la entrada Sensorial.
El cerebro no sólo no registra entradas sensorial, pero en algunos casos también no modula la entrada de las sensaciones particularmente vestibulares y táctiles. Un número considerable de niños con autismo se resiste al movimiento y presenta inseguridad gravitacional, porque ellos no pueden modular la entrada sensorial del sistema vestibular. A veces ellos se sentirán cómodos en el balancín en el regazo de su padre, lo que sugiere que no siempre es el movimiento lo que causa ansiedad, sino la carencia de sentimiento firmemente arraigados en él. El niño TEA se asusta si alguien intenta girarlos al revés, o ponerlos en un lugar alto, o llevarlos a una posición poco familiar. Si un niño tiene inseguridad gravitacional, por lo menos sabemos que él esta registrando alguna entrada sensorial, y la terapia es entonces más exitosa.
Se ha observado que la mayoría de los niños con TEA no registra muchas sensaciones táctiles a menos que esas sensaciones sean muy fuertes. Sin embargo, a veces ellos registran sensaciones como roce, reaccionando a ellas de una manera defensiva.


La Integración de las Sensaciones.
El niño con TEA presenta dificultades para  captar muchas de las sensaciones de su ambiente, él no puede integrar esas sensaciones para formar una percepción clara del espacio y de sí mismo con relación al espacio. Él puede demorar un largo tiempo en establecer una percepción visual, e incluso cuando él percibe algo, no percibirlo bien. 
Así el niño podría no querer colocarse un nuevo chaleco, porque él no ha formado una percepción familiar de él. Él podría aceptar el chaleco más rápidamente después de que él lo haya visto varias veces. Podría ayudar colocar el chaleco alrededor de los hombros durante algún tiempo antes de esperar que él quiera ponérselo. La sensación del chaleco tocando sus hombros puede ayudarle a formar una percepción que no podría obtener exclusivamente con entrada visual. 
Cualquiera situación nueva como la primera sesión de terapia, presentará al niño una serie desconcertante de estímulos sensoriales no organizados, especialmente estímulos visuales, Es probable que  reaccione con ansiedad y resistencia hasta que haya experimentado ese ambiente repetidamente y puede reconocerlo como un lugar familiar y seguro. Algunos niños tienen tantos problemas que registran los elementos espaciales del ambiente, y ellos se enojan siempre que algo  cambie. Cualquier cambio en el orden de las cosas los hace sentir inseguros.
La percepción de estímulos auditivos es ineficiente, por tanto el establecimiento de las percepciones de la comunicación esta limitado. Igualmente, sin un registro normal, de la información sensorial de la piel, músculos articulaciones, y sistema vestibular, el niño no pueden desarrollar una percepción corporal adecuada, clara. Le falta el planteamiento neuronal, de sí mismo y del mundo y por esto no puede actuar recíprocamente con el mundo. Él no puede aprender a planear sus movimientos. , porque él no puede sentir fácilmente su cuerpo o lo que esta haciendo.
Esta privado de las sensaciones físicas que le permita el desarrollo de sí mimo y el desarrollo de su esquema corporal.


El Desarrollo de la Planificación motora.
El pobre procesamiento sensorial impide el desarrollo de la capacidad de planificación motora desde muchos ángulos; el niño no puede formar una percepción visual del objeto delante de él rápidamente, no ha desarrollado la percepción corporal par usar la planificación motora, tiene problemas en el uso potencial de un objeto, es renuente a comprometerse en actividades determinadas, se resiste a hacer algo nuevo o diferente, o algo que no l es agradable. El niño TEA, no hace nada por solo placer de hacerlo, como sucede con e el niño cuyo cerebro es normal.
Él no expresa el deseo innato de “hacer” y no le da ningún placer “hacerlo”, el niño TEA no desarrolla su potencial para actuar recíprocamente con el ambiente. Sin embargo, a algunos niños TEA les da mucha satisfacción y placer  recibir estímulos  a nivel vestibular. Ellos juegan  largos periodos de tiempo con el equipo terapéutico sin desarrollar mayor interés, ni respuestas adaptativas. Incluso cuando ellos hacen un esfuerzo para planear una acción motora, la encuentran difícil, porque presentan dispraxia.




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