W SITTING

Se llama W sitting, a la forma de sentarse  que tienen numerosos niños durante el juego. Suelen sentarse sobre sus glúteos con las rodillas formando una W y los pies hacia fuera, una postura  aparentemente imposible que algunos niños adoptan a la hora de jugar.

Los niños pasan numerosas horas en el suelo para jugar, encuentran un lugar idóneo para la exploración y el  juego mediante la exploración  del entorno.
A muchos padres les preocupa que esta postura sea perjudicial para el desarrollo de su hijo.
Aparentemente puede parecernos una postura muy incómoda para el niño, además de dañina para sus caderas, rodillas y tobillos.
Pero en realidad, los niños tienen mayor capacidad de rotación interna de cadera que los adultos, por lo que lo más probable es que esta postura no les resulte nada incómoda. Por contrario es una postura que muchos niños adoptan por lo cómoda que les resulta al estar jugando en el suelo.

Se suele escuchar que esta postura provoca la marcha con los pies hacia dentro, y que provoca alteraciones en el desarrollo motor del niño.
Según Ana León,  fisioterapeuta infantil en Orthopediatrica, se trata de un mito, los niños se sientan así porque la forma de sus fémures se lo permite.
"Los niños no tienen deformidades por sentarse así, se sientan así porque la forma de su cuerpo se lo permite. A medida que van creciendo, el fémur irá tomando otra forma y hará que sentarse así sea, cuanto menos, incómodo", afirma.






Según Ana León, no ha motivo alguno por el que prohibir a niños neurotípicos (aquellos que no padecen un trastorno del neurodesarrollo) que se siente así mientras juegan, y aclara que , no hay posturas malas sino posturas prolongadas.
Para que un hueso se deforme por una postura determinada, el niño debe pasar en esa postura muchas horas de manera continuada, algo que no suele pasar en niños de desarrollo típico.
Los niños con un desarrollo motor normal, sin  alteraciones a nivel músculo-esquelético, que adapten de manera puntual esta  postura para jugar, no tiene por qué resultarle perjudicial, ya que el resto de actividades del niño como correr, saltar y caminar, fortalecerán sus músculos y sus huesos con normalidad.

Los niños con alteraciones motrices, no deben sentarse así. Ana León explica que en los niños con un neurodesarrollo atípico, la cuestión de sentarse así  es totalmente diferente. Con niños que presentan alteraciones motrices se debe tener especial cuidado en cuanto al posicionamiento del cuerpo. La experta se refiere a niños con acortamientos musculares o problemas neurológicos entre otros.
En estos casos, es habitual que haya menos cambios de postura y las posiciones se mantengan tiempos más prolongados.
En casos así, hay que evitar que los niños adopten la postura en W, y ofrecerles posturas alternativas, para que esta posición no provoque alteraciones en el desarrollo músculo-esquelético, un retraso postural, o riesgos con la maduración  de la motricidad fina.

Cuando el niño  con alteraciones motrices se sienta en W, no es capaz de explorar el medio que le rodea, y se limita a manipular los objetos que encuentra junto a él.
Podemos intervenir fomentando los cambios posturales, como sentarse en Indio con las piernas  cruzadas o abiertas en extensión, y enseñarle a moverse para alcanzar otros juguetes que encuentra  a su alrededor.
Como fisioterapeuta  escolar he observado que es una postura que en determinados niños es perjudicial. Cuando los niños adoptan esta postura de juego durante largos periodos de tiempo, ocurre lo siguiente: 

1- Retraso en el control postural y la estabilidad: en esta postura las caderas y el tronco se mantienen en una postura fija. Por lo tanto, podemos observar que aquellos niños que adoptan esta postura durante largos periodos de tiempo pueden presentar un retraso en el desarrollo  del control del tronco y el equilibrio. Esto se debe a que cuando el niño se sienta así, la musculatura del tronco no tiene el reto de mantenerse activa, y las reacciones de equilibrio casi no se practican. El niño no puede realizar una rotación de tronco activa y no puede cambiar su peso de un lado al otro, por lo que el niño sólo alcanzará juguetes que estén cerca de su alcance inmediato.

2- Retraso de la motricidad fina: en esta postura el niño no puede hacer rotaciones de tronco y esto provoca, que use su mano derecha para coger juguetes que tiene a su derecha, y utiliza su mano izquierda para coger juguetes que tenga a su izquierda. El niño no hace el cruce de la línea media y esto hace que no defina su mano dominante.

3-Alteraciones en el sistema músculo-esquelético: esta postura puede provoca alteraciones  a nivel de cadera, rodilla y tobillo.  Puede debilitar los músculos adbuctores de cadera, rotadores externos y extensores de cadera por elongación.
Cuando existen alteraciones ortopédicas, estas pueden empeorar. Si el niño tiene una displasia de cadera, esta postura puede aumentar  enormemente el riesgo de luxación.
Esta postura favorece el acortamiento permanente de los músculos isquiotibiales, aductores y en el tendón de Aquiles.

4-Retrasa  el control postural y la estabilidad de pelvis y tronco.



El problema de esta postura  surge cuando el niño la adopta durante tiempo prolongado.
La W sitting está contraindicada en los siguientes casos:
-Alteraciones ortopédicas.
-Acortamientos musculares.
-Retraso en el desarrollo o riesgo neurológico:  los niños con alteración en el tono muscular (hipotonía o hipertonía), patrones anormales de movimiento, retraso del desarrollo....suelen elegir esta postura por la estabilidad que les ofrece, por lo que presenta el riesgo de pasar en esta postura durante largos periodos de tiempo.

Es importante fomentar cambios de peso  durante el juego para que el niño tenga la posibilidad de desarrollar reacciones  posturales y de equilibrio adecuadas. Debemos proporcionar al niño  variedad de movimientos y ayudarles a encontrar  formas alternativas de sentarse que  aporten la estabilidad que necesita durante el juego.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Integración sensorial en el niño con Trastorno de Espectro Autista